📓 Del grimorio a la calle: materializar las políticas juveniles a través del pódcast, la plataforma y la protesta.
Si el tarot es un mapa de arquetipos,
el grimorio es el libro que te enseña cómo usarlos.
Uno lee el momento.
El otro te prepara para lo que viene.
En el segundo capítulo de Youth Mental Health Beyond Borders, nuestro grimorio digital aka fanzine digital tomó forma no como un resumen, sino como una extensión del crash course de teatro legislativo. Un espacio para sostener los ecos, los fragmentos, los conjuros, las negativas y las provocaciones que surgieron durante y después del proceso. Al mismo tiempo, el taller volvió a enlazar con la serie de pódcasts cocreados por los grupos juveniles de Barcelona y Manchester, que ya venían explorando muchas de estas temáticas desde sus propios relatos y experiencias.
Históricamente, los grimorios fueron manuales de ritual y resistencia. Documentaban saberes secretos: fórmulas de protección, recetas de sanación, modos de navegar sistemas hostiles. El tarot, a menudo ligado a estas tradiciones, nunca fue solo una herramienta de adivinación. Fue y sigue siendo un lenguaje simbólico para percibir el poder, identificar el peligro e imaginar otras posibilidades.

Tratamos el fanzine, el pódcast y los carteles visuales del mismo modo.
Cada propuesta debatida en el pódcast (y luego subida a la plataforma Decidim), especialmente aquellas centradas en vivienda, interseccionalidad y cuidados, encontró su eco en cartas simbólicas, frases contundentes y fragmentos narrativos. Pero también en carteles que diseñamos para ser sostenidos en alto, inspirados en el tono directo, político y encarnado de Camille Aumont Carnel en su libro Être raciste, c'est quoi? de la colección ALT, una serie de ensayos breves, potentes y provocadores dirigidos a jóvenes de entre 15 y 25 años.
Canalizamos esa energía en una serie de carteles de protesta y visualizaciones de datos diseñadas por Platoniq, algunos de ellos inspirados en portadas y estéticas icónicas de bandas de Mánchester. Entre ellos:
“No me falta resiliencia. Me falta una residencia.”
“No soy experta en racismo, soy experta en todas las veces que intentaron joderme.”

También produjimos carteles tipo infografía sobre ansiedad climática juvenil, con un estilo gráfico en negro y rojo que combinaba estadísticas crudas con lenguaje simbólico.

Imaginamos el fanzine no solo como un medio de comunicación, sino como un manual de cuidados mutuos.
Un espacio para la autodefensa y defensa colectiva en salud mental.
Un reverso táctico, de bajo coste pero alto impacto, frente a la formalidad de la política.
Lleno de tácticas, metáforas y herramientas colectivas para el cambio.

Algunos formatos previstos incluso incluyen códigos QR que enlazan con el rastreador de políticas de Decidim, cerrando así el ciclo entre las demandas juveniles y la responsabilidad institucional. Un cartel en la calle puede llevarte a una propuesta. Una frase del pódcast puede convertirse en manifiesto. Una carta de tarot puede apuntar directamente a una implementación pendiente.

Durante el ejercicio Cover Story Canvas, el grupo imaginó titulares para un futuro mejor:
“Facilitando la revolución”
“La vivienda es un derecho, no un privilegio”
Identificaron mensajes clave:
“Conoce tus derechos. Sé firme.”
“Los responsables políticos deben apoyarnos tirando de los hilos adecuados.”
Y resumieron el espíritu del zine con frases como:
“Juntxs, lxs jóvenes podemos liderar el camino para lxs responsables políticos.”
No fueron solo ejercicios. Fueron semillas de una estrategia de campaña. En el plan de “Siguientes pasos”, se trazaron varios futuros posibles para el fanzine:
Enviarlo a responsables políticos, propietarios, organizaciones sociales
Escribir a periodistas
Compartirlo en redes sociales para llegar a otrxs jóvenes
Llevarlo a protestas, escuelas y universidades
Lanzar un boletín o zineletter
Y seguir testeando y compartiendo las cartas de tarot creadas por ellxs mismxs

Porque este grimorio, como todos los grimorios, es desordenado, mágico y estratégico.
Un archivo de dolor, sí. Pero también de tácticas.
Un kit de herramientas para futuras interrupciones.
Un común de cuidados en un lenguaje que ningún sistema puede absorber del todo.
El fanzine no es un resumen.
No es un recuerdo.
Es un grimorio.
Es la parte del proceso que no espera permiso.
Es la forma en la que llevamos el teatro de vuelta al mundo.
Porque la obra no termina cuando cae el telón.
A veces empieza de nuevo en tus manos —
doblada como un fanzine,
susurrada como un hechizo,
alzada como una pancarta.
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