Acompañamiento institucional y laboral a jóvenes migrantes en situación de vulnerabilidad
Identificación del problema
Jóvenes migrantes mayores de edad, especialmente aquellos sin documentación regularizada o en situación de calle, enfrentan un sistema burocrático altamente fragmentado y poco accesible. Las formaciones disponibles no están adaptadas ni a sus intereses ni a sus realidades lingüísticas o culturales, y el acompañamiento institucional es mínimo o inexistente. La falta de referentes migrantes en posiciones institucionales agrava esta desconexión, generando dependencia de redes informales, riesgo de exclusión prolongada y mayor exposición a mafias o explotación.
Soluciones propuestas
Formalización de una red de primera acogida basada en la experiencia migrante
Crear una red pública de referentes migrantes que actúe como primer contacto para personas recién llegadas, inspirada en prácticas ya desarrolladas en organizaciones informales. Esta red puede operar desde espacios neutros como bibliotecas, centros cívicos o puntos de información, y estaría integrada por personas con experiencia migratoria previamente formadas como educadores sociales o mediadores/as comunitarios.Reforma en los criterios de acceso a programas de vivienda e inserción
Priorizar a personas jóvenes mayores de 18 años en situación de calle o precariedad habitacional en los programas de acogida y formación, especialmente cuando se detecte riesgo para la salud mental o vulnerabilidad ante redes de explotación.-
Adaptación flexible de las formaciones públicas existentes
Introducir programas formativos iniciales que no requieran dominio del idioma, acompañados de formación lingüística en paralelo.
Diseñar contenidos formativos basados en los intereses y habilidades previas de las personas, incluso si no cuentan con documentación acreditativa de su experiencia o formación previa.
Fomentar acuerdos con cooperativas y empresas para implementar formaciones que garanticen continuidad y oportunidades laborales reales, incluyendo prácticas remuneradas.
Reconocimiento y acreditación flexible de competencias
Implementar un sistema de microcredenciales y certificación de habilidades basado en la experiencia real previa (formal o informal), incluyendo competencias desarrolladas en países de origen.Derechos civiles y participación política
Incluir en la agenda pública la propuesta de regularización por arraigo como mecanismo para que estas personas puedan ejercer derechos políticos como el voto o la participación en procesos democráticos locales.
Áreas y entidades responsables
Dirección General de Migraciones (Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones)
Ayuntamientos y oficinas locales de acogida e inclusión social
Departamentos de Juventud y de Derechos Sociales (Gobiernos autonómicos)
DGAIA (en Catalunya) y servicios equivalentes en otras comunidades autónomas
Instituto Nacional de las Cualificaciones (INCUAL)
Ministerio de Trabajo y Economía Social – Dirección General de Trabajo Autónomo, Economía Social y RSE
Cooperativas y redes de empresas sociales vinculadas a programas de empleo
Acciones concretas
Diseñar e implementar un proyecto piloto municipal en ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia que formalice la figura de referente migrante institucional.
Crear una línea de subvenciones para empresas que adapten programas formativos a colectivos migrantes, con compromiso de inserción posterior.
Reformar los criterios de acceso a programas de vivienda juvenil para no excluir automáticamente a personas sin estabilidad documental o sin domicilio fijo.
Desarrollar un convenio interinstitucional que facilite el reconocimiento exprés de competencias a través de microcredenciales con validez en toda la UE.
Diseñar campañas de información multilingües y presenciales en espacios de paso (como bibliotecas, ferias, estaciones) sobre derechos y recursos accesibles.
Esta política nace de las historias de jóvenes como Awa, Mamadou y Yassir (nombres ficticios), cuyas trayectorias muestran las carencias de un sistema que ignora su voz, sus intereses y sus saberes. La figura de Fátima, que aparece en escena como técnica institucional con experiencia migrante, es una inspiración directa: demuestra que es posible institucionalizar la empatía. Esta propuesta busca multiplicar esa figura y conectar los sueños de estos jóvenes con un sistema que los reconozca como ciudadanos en proceso, no como sujetos a regular.
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